miércoles, 26 de mayo de 2010

Invisible.....


Así sería para algunos, pero yo nunca lo consideré de esa manera.
De la poesía a la justicia, entonces.
Justicia poética, si quieres.
Porque ésa es la triste realidad: en el mundo hay más poesía que justicia...

A los dos os encanta Tolstói y Dostoievski, Hawthorne y Melville, Flauvert y Stendhal, pero en esa etapa de tu vida no puedes soportar a Henry James, mientras que Gwyn sostiene que es el mayor de los gigantes, el coloso a cuyo lado todos los demás novelistas parecen pigmeos. Estáis en completa armonía en lo que se refiere a la grandeza de Kafka y Beckett, pero cuando le dices que Céline pertenece a ese grupo, se ríe de ti y lo tilda de maníaco fascista.
Wallace Stevens sí, pero en el puesto siguiente tú colocas a William Carlos Williams, no a T.S. Eliot, cuya obra recita Gwyn de memoria. Defiendes a Keaton, ella a Chaplin [...] En sus mejores momentos Truffaut os emocina a los dos, pero Gwyn encuentra pretencioso a Godard y tú no, y mientras ella canta las alabanzas de Bergman y Antonioni como idénticos maestros universales, tú le contestas de mala gana que sus películas te aburren. [...] A ella le gusta bailar, y a ti no.
Se ríe más que tú y fuma menos. Es una persona más libre y feliz que tú, y siempre que estás con ella, el mundo parece más luminoso y acogedor, un lugar donde tu hosca e introvertida personalidad casi puede sentirse a gusto...