martes, 25 de agosto de 2009

J.L.


Es curioso observar como, cuando intento describir la crudeza de la realidad humana, las palabras fluyen casi como por arte de magia...mi mente es capaz de imaginar miles de visiones inquietantes, pero cuando se trata del amor...o de la belleza que encierra algo perfecto...cuando se trata de describir algo bueno, la cosa es bien distinta...

De repente me siento torpe, infructuosa...casi como si no fuera digna de tal cometido...porque el desasosiego lo conozco, puedo manejarlo...pero el amor me desborda, su grandeza y su pureza me desbordan...Lo sublime de su esencia me embriaga, sé vivirlo pero me resulta imposible descifrarlo...

De tanto en tanto echo la vista atrás en el tiempo, revivo aquellos sueños que jamás se cumplieron, aquellas ilusiones que se desvanecieron como el humo de mi cigarro que ahora descansa en el cenicero y pienso que no todos fueron etéreos...hubo uno que sí se cumplió...
un sueño de adolescencia, cuando aún jugaba a castillos y princesas...

En una casa inundada por la luz conversaba con alguien, de pelo azabache y ojos esmeralda (su rostro era difuso pero sus ojos y su sonrisa transmitían lo más real que hasta ese momento había sentido)...los dos sonreíamos y todo era calor...no había nada más...sólo luz, calor, sus ojos...
y todo era perfecta...sentía la comunión del mundo flotar entre su pelo ensortijado...

Ese sueño se cumple día tras día y sin él siento que ya no sé ni caminar...

Después de todo, quizás sí sea capaz de contar como es la belleza, la perfección y el amor...después de todo ni siquiera necesito una palabra para hacerlo...sólo dos letras hablarán por mí...

...J.L...