jueves, 30 de julio de 2009

Pandora

Hoy miraba el mar desde el tren….miraba el cálido y azul Mediterráneo…
sus aguas cristalinas, sin trampas ni mentiras y me preguntaba si sería ese el color de tus ojos…
Sonaban “The Animals” en el mp3, “We’we gotta get out this place”...el sol vespertino caía delicadamente sobre la mesa contrachapada, me rodeaban miles de estrellitas titilantes y yo jugaba con mis níveas manos entre ellas ante la mirada incrédula de una tenista que iba en busca de la adrenalina de la competición…
La atmósfera sofocante del tren me tenía embriagada, como en una especie de trance precognitivo, podía olerlo todo, lo veía todo…oía los ronquidos de un imberbe adolescente en el otro extremo del vagón, sentía el olor de la playa y la alegría de los chiquillos que jugaban en ella, el aire casi tenía consistencia entre mis dedos…

Notaba como me iba enganchando al vacío que provoca en el alma la ausencia…La certeza de lo imposible va calando…gota a gota…precipitándome en oscuras visiones…las motas de polvo se alejan y me adentro en algún rincón del ego que creía perdido…un rincón infame y agreste que pensé haber vencido una vez…Espirales de duda…como en una canción post-psicodélica…desordenadas pesadillas que me transportan a una estancia en penumbra….
cuelgan caprichosas unas cuerdas, descienden del techo como ríos de negra brea…¿Porqué me siento como en casa?...
Siento el peso de lo inevitable latiendo en mi pecho…una ráfaga repentina de viento…un estruendo y tu aliento en mi nuca…Sé que eres tú aunque mis ojos no te puedan ver…Inútil resistirse...Te amo a pesar de todo, te amo porque no puede ser…

Mi boca atenazada por la fuerza de tus manos solo puede abandonarse al sabor húmedo de la coca en tu lengua…y mientras las cuerdas recorren todo mi cuerpo como sierpes enajenadas siento lo sublime del dolor penetrar en mí…
Y en esa situación lamentable y deliciosa sucumbo, vuelvo al dolor y a la sangre, vuelvo a sentirme más viva con cada una de tus embestidas,
y cada vez que hundes tus dientes en mi piel doy gracias a algún ente superior por poder sentirme amada así…

ya es demasiado tarde para pararlo…la niña mala ha vuelto a casa…

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