jueves, 30 de julio de 2009

Los lazos que nos unen...

Inquebrantables a pesar de todo...a pesar del dolor, el chantaje y la tortura;
nos empeñamos en mantener esos lazos porque los hombres, la humanidad, en el fondo, sólo contemplan cuatro grandes necesidades que justifican todas las demás: necesitamos alimentarnos, sentirnos seguros, pertenecer a un grupo y que se nos reconozca como parte de él...
todo lo demás, a mis ojos, aparece como imágenes diluidas dentro de esos axiomas...
Hoy mismo, alguien a quien hoy por hoy considero un sabio, me dijo..."el hombre sólo puede ver aquello en lo que cree"...
cuanto menos transgresora afirmación!...
Pero cuantas veces nos hemos encontrafdo ante visionarios mundanos que veían cosas por doquier, donde otros nos ahogábamos en un mar vacío...soñadores del amor, de la belleza o el arte, que sólo por el mero hecho de creer en tan idealizados conceptos hacían que los vulgares mortales redescubriéramos nuestra insidiosa realidad, sólo por creer que las cosas son diferentes de como las percibimos...

Ese es nuestro mayor recurso...y el más difícil de conseguir...: la perspectiva,
ser capaces de plagar nuestro ya de por sí complejo mapa emocional con trazos de experiencia, humildad y con el valor de creer en las ideas; no en una idea concreta, no en nuestra propia concepción de las mismas...sino en lo que la opinión y la capacidad de elección nos aportan...

Romper las cadenas que hoy nos condenan a estas cuatro esclavitudes es la responsabilidad del individuo...
Completar nuestra visión del mundo con las percepciones de los demás es nuestro privilegio...

Y yo, hoy me declaro libre...no tanto por conseguir quebrar estos lazos atenazantes y aterciopelados por igual...sino por tener la capacidad de elegir si creer o no para poder ver...

No hay comentarios:

Publicar un comentario